Perspectiva Feminista

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jueves, 14 de junio de 2012

El caso Taddei y las secuelas de la impunidad

A horas de que se conozca el fallo por el femidicio de Wanda Taddei, por el cual su pareja Eduardo Vázquez está siendo juzgado, es necesario pensar y repensar las secuelas de la impunidad en relación a la violencia extrema contra las mujeres.
El espantoso "caso" Taddei cobró relevancia mediática entre otras cosas, por ser Vázquez el ex baterista del grupo Callejeros, en cuyo recital en Cromagnon perdieron la vida cientos de personas en 2004.
Todavía existen dudas sobre la responsabilidad de los miembros de la banda en el traumático episodio.

Wanda falleció tras semanas de agonía en febrero de 2010, después de ser rociada con alcohol y prendida fuego durante una discusión con Vazquez en la vivienda que compartían en Mataderos. Vazquez afirmó que la noche del hecho tanto él como su esposa "forcejearon de pie sosteniendo sobre sus cabezas una botella de alcohol" con la que Wanda presuntamente intentó atacarlo.

“La autopsia de Taddei nos dice que Vázquez miente”, dijo el fiscal en base a la ubicación y tipo de quemaduras halladas en el cuerpo de Wanda, “necesariamente” tenía que estar sentada al momento de mojarse con alcohol. Leonardo Rombolá, representante de la familia Taddei, sostiene que Wanda estaba sentada mientras su marido la rociaba y por ello Vázquez debe ser condenado por “homicidio agravado por el vínculo y por ser cometido con alevosía” a la pena de reclusión perpetua.
“Wanda no pudo defenderse”

Entre el inicio de la investigación y el presente, en los casos de femicidio registrados por la Asociación Civil La Casa del Encuentro, se encuentran varios episodios calcados; inclusive, los argumentos con el que los atacantes, - esposos, ex parejas, novios- se defienden, copian la versión de Vázquez en detalle.
La secuela de la impunidad y ese plus de crueldad y de símbolo que tiene el ataque con el fuego, también se modificará a partir de lo que resuelva en apenas unas horas, la Justicia.

Otros nombres, otras mujeres que fueron víctimas del fuego pero no tuvieron la cobertura mediática semejante, permanecen impunes. Si hay justicia para Wanda, quizás haya justicia para:

Fátima Gaitán, embarazada, 24 años, 90% del cuerpo quemado. Su madre, Elsa Jerez, asegura que el agresor repite palabra por palabra la versión de Vázquez. El ataque ocurrió el 18 de agosto de 2010. La muchacha agonizó varios días. El femicida está libre.

Ivana Correa, 23 años, que fue atacada por su pareja en Monte Grande el 29 de enero de 2011 y resultó con quemaduras de un 40% de su cuerpo. Falleció poco después a raíz de las lesiones. Tenía 2 hijos.

Vanesa Soledad Celma fue incinerada en Rosario y su caso no tuvo casi trascendencia. En un episodio no esclarecido, mientras estaba con su pareja, sufrió las quemaduras. Estaba en el octavo mes de embarazo. Se le efectuó una cesarea de la que nació su beba. Al cabo de cuatro mesesde haber sido atacada volvió a ingresar al hospital con un cuadro de deshidratación y falleció el 22 de noviembre de 2010. Tenía un hijo de 6 años y la beba de 6 meses. No hay imputados.

Vanesa Beatriz Cardozo tenía 18 años. Vivía en Corrientes. No se sabe qué ocurrió en la vivienda que compartía con su pareja donde su cuerpo fue incinerado Se investiga un supuesto “suicidio”. Sufrió una larga agonía.

Silvia Ranza, de Resistencia, Chaco, murió a raíz de quemaduras que afectaron el 90% de su cuerpo. Tenía 53 años. Ocurrió el 15 de febrero de 2011,mientras discutía con su marido. Según éste, ella “se habría rociado con alcohol y se habría prendido fuego con un encendedor” para suicidarse. Se está investigando.

Analía Cáceres vivía en Merlo, Bs. As. y tenia 30 años. Sufrió quemaduras en el 60% de su cuerpo y sus hijos presenciaron el ataque que le costó la vida. Detuvieron a su pareja por contradicciones en su versión de los hechos; presuntamente, ella manipulaba un esmalte de uñas con alcohol, y al prender un cigarrillo se habría iniciado el fuego. Ocurrió el 21 de febrero de 2011.

Verónica Beatriz Manzanel fue rociada con thinner y prendida fuego por el esposo, quien dijo después a la justicia que “sólo quería asustarla”. Falleció poco después. Ocurrió 4 de marzo de 2011 en San Jorge, Santa Fe. Ella tenía 33 años y tres hijos.

Ängela Aromo de 16 años convivía con su pareja de 22 y su beba de 7 meses en un cuarto de pensión en Santiago del Estero. El 8 de marzo de 2011 durante una discusión que escucharon lxs otrxs pensionistas, Ängela fue prendida fuego por Raúl Castillo y apenas pudo pedir ayuda para salvar a su hijita. Falleció dos días después.

Carolina Ruiz Díaz sufrió quemaduras en el 70 % de su cuerpo y falleció el 28 de enero de este año. Su pareja fue detenido por el ataque. Tenía 32 años y 2 hijos. Vivía en la ciudad de Buenos Aires.

Viviana Medina de 24 años vivía en Wilde, Bs.As. y falleció tras seis días de agonía. La rociaron con alcohol y le prendieron fuego. Su cuerpo estaba quemado en un 70%. Su marido fue detenido. Tenían dos hijos, de 9 años y un bebé de 4 meses.

Gloria Paredes era enfermera y tenía 31 anos. Vivía en Resistencia, Chaco. Murió a raíz de las quemaduras que afectaron un 10% de su cuerpo. A su marido, ex agente del Servicio Penitenciario, nunca lo llamaron a declarar y le entregaron la custodia de sus 2 hijos menores. Gloria fue atacada el 15 de enero de 2011 y falleció tras dos semanas de agonía.

Estremece pensar en tantas otras. Nombro a estas mujeres y estos episodios para que pensemos, entre todxs, para que nos hagamos cargo como sociedad de las injusticias multiplicadas. Secuelas de impunidad. A la justicia la aplican jueces, a las investigaciones las hacen policías, a las conciencias que toleran y hacen silencio frente al femicidio, las transformamos nosotrxs.

8 comentarios:

  1. Lamentablemente a Vázquez le dieron 18 años por atenuante de "emoción violenta", ES UNA VERGÜENZA ¡¡¡¡
    La nota Dani impecable como siempre

    abrazo Sil

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  2. Hay que luchar contra el sexismo y la misoginia enquistados en nuestra sociedad que llevan a justificar la violencia contra las mujeres (e incluso plantean que el hombre es el perseguido por supuestas "feminazis")
    Pedir igualdad de derechos no es violencia. Negar derechos con excusas de todo tipo, sí lo es.
    Lo irónico es que, ante estos casos extremos, muchos (y muchas) miran para otro lado y fingen no ver que son el último eslabón de largas cadenas.

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    1. Sin dudas, compañeras, falta mucho, muchísimo...el poder Judicial necesita empaparse de la perspectiva de género, democratizarse, renovarse. Cuando hay fallos así es como si dieran licencia. De todas maneras, hay instancias de apelación, pero también debe ser muy contundente la condena social.
      Um abrazo

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  3. Te leo. Me leo… y me erizo con cada palabra.
    Me erizo de bronca, de impotencia,de indignación, de dolor…
    No sé, no sé… me paralizo, me petrifico de primera instancia ante tanta injusticia y, al mismo tiempo, quiero gritar con toda mi rabia, con todo mi ser, enarbolando mis brazos con los puños en alto!!!
    Tenemos que pensar entre todxs como bien decís Daniela, porque esto nos compete a todxs como sociedad!!!
    Tomo tus palabras finales y me hago cargo… "a las conciencias que toleran y hacen silencio frente al femicidio, las transformamos nosotrxs".
    Un gran abrazo por tus certeras palabras que brotan y comparto desde la indignacion misma...

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  4. Querida compañera Ruby, creo que también tenemos que apoyarnos en la fuerza de esas mujeres - y varones también- que hablan de esto, que ponen el cuerpo, que intentan dar esas mínimas y tan importantes batallas del día a día, que inundan las calles con carteles e intervenciones callejeras, que se bancan discutir en ambientes muy hostiles estos temas.
    Así vamos construyendo otra conciencia, otro imaginario social. Lento. Pienso en que apoyarnos entre todxs también nos permite vivir mientras las cosas siguen tan jodidas, porque también nos fortalecemos al ver que poco a poco, cada día, somos más quienes pensamos que no hay ninguna excusa para la violencia en ninguna de sus formas.
    Acordémonos de la templanza de la mamá de Fätima a quien conocimos, con todo su dolor, con su cartel, de pie. Como tantas otras y otros.
    No aflojemos ni nos dejemos ganar por el desanimo. Denunciemos la impunidad, apelemos socialmente, sigamos con las campañas de visibilización.
    Un abrazo

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  5. Veo que nombran a muchas mujeres victimas de violencia, algunas que terminaron muertas. Quisiera saber si están al tanto del caso de laura Elias, ex mujer de Ottavis, quien fue golpeada incluso mientras estaba embarazada y actualmente hace 10 meses que no puede ver a su hijo además de vivir con custodia policial en su propia casa. Que complicado cuando el poder político hace la vista gorda en estos casos...

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  6. Impresionante lista, y seguramente incompleta.
    Particularmente, lo que me impresiona es que, cada año, cuando en una audiencia 90% femenina, mayores de 20 años, mayoritariamente jóvenes, pregunto ¿por que la mujer debe ser considerada un sujeto vulnerable como para recibir especial protección del derecho? (en referencia a los DDHH en situación, eliminación de las formas de discriminación contra la mujer) encuentro pocas respuestas. Lo que implica enormes dificultades para comprender el largo catálogo de situaciones de las que son víctimas y una profunda dominación cultural que termina siendo naturalizada.

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  7. No sabía del caso Laura Elías, chequeo... igualmente, esta lista es incompleta, apenas son casos parecidos al de Taddei y donde la excusa ha sido copiada casi en detalle.

    Rucio: las medidas de discriminación positiva, como se llaman, obedecen a equiparar una situación en un momento, por ejemplo, el tema del cupo femenino es un caso. Por otro lado, tenés razón en que, políticas de protección especial suponen un destinatario vulnerable y se corre el riesgo de sostener un circuito que se vuelve vicioso y no salís del lugar de la vulnerabilidad. Ahora biem, yo creo que más allá de la discusión que es clave, importantísima, no hay que perder de vista la particularidad de cada contexto. Si las políticas de protección generan/ instalan la igualdad, generan campañas de concientización, si hay presencia de esxs sujetxs vulneradxs en otro lugar, con visibilidad y voz, entonces sí sirven. Es una especie de guerra de posiciones contra lo dado donde las transformaciones son lentas. Y algunas veces, justamente cuando se mueven o se desnaturalizan tratos y situaciones, se ven las reacciones cada vez más furibundas.
    En concreto, se trata de utilizar estas leyes y políticas ahora, pero no para seguir quedándose en la etiqueta de vulnerabilidad sino para empoderarse.
    Gracias Rucio, es para seguir pensando...

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