La Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias es una articulación en defensa de los derechos de las mujeres y la diversidad sexual en el ámbito universitario.
Hace décadas que las feministas estamos en la universidad, aportando a la transformación de una institución educativa que tiene cimientos patriarcales y que ha naturalizado en su interior la desigualdad, la discriminación y las múltiples violencias que siempre denunciamos. La Red recoge un esfuerzo colectivo que viene gestándose desde la recuperación democrática hasta el presente y que fue potenciado por las políticas de CyT posteriores a 2003. Fue con el apoyo del Estado que nuestras universidades florecieron de estudiantes, becarixs, congresos, cátedras y proyectos abocados al género y la sexualidad. Fue con la convocatoria del Estado que pudimos aportar al diseño de leyes y políticas públicas que ampliaron derechos.
La Red se gesta en el año 2015 para asumir como propia la lucha contra la violencia de género, un fenómeno que atraviesa la universidad al igual que tantos otros ámbitos. La conformamos diversos actores: institutos y áreas de investigación, docentes, no docentes, estudiantes y compañeras con responsabilidades de gestión en universidades públicas. Nos guía el compromiso de cooperación mutua y con otras instituciones del Estado, involucradas también en el cumplimiento de la ley 26.485 de protección de las mujeres. Creemos que tenemos una misión específica que cumplir y que nuestro aporte se fundamenta en la experiencia académica, en la investigación, en la docencia y en la gestión de proyectos de intervención y transferencia.
El recorrido de la Red ha sido muy fructífero en estos pocos años: se han integrado más de 40 institutos, facultades y universidades de todo el país; se han aprobado 11 protocolos de actuación contra la violencia de género; se han realizado numerosas mesas de debate sobre la construcción de la igualdad en el ámbito académico; y se han diseñado diversos programas y consejerías que orientan y articulan en sus territorios. También se ha logrado firmar, a fines de 2015, un convenio de cooperación mutua entre la Red y el Consejo Nacional de las Mujeres, para avanzar conjuntamente en proyectos de formación, investigación y prevención de la violencia.
Hoy estamos alertas ante los enormes retrocesos que vemos después de un año de gobierno de la Alianza Cambiemos. El presupuesto destinado a políticas de género es cada vez más chico y vale cada vez menos. Es particularmente alarmante el vaciamiento de los programas de salud y educación sexual que tanto nos costaron conseguir y el desfinanciamiento de instituciones en el territorio, que son imprescindibles para el acceso a los derechos.
El retroceso que estamos viviendo en el sistema científico es también una certeza, con los recortes presupuestarios a las ciencias en general y a las sociales y humanas en particular, que son donde más frecuentemente están radicados los estudios de género y las temáticas que nos incumben. Una evidencia más en esta dirección es el silencio de la Presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Fabiana Túñez, frente al propuesta de trabajo que le presentamos con la Red para ejecutar las tareas que nos asigna el Plan Nacional de Acción contra la Violencia hacia las Mujeres. Silencio que se inscribe en su inacción frente al recorte presupuestario de 67 millones de pesos que está sufriendo el área a su cargo.
Este 8 de marzo queremos expresarnos junto con el movimiento amplio de mujeres y de cara a la comunidad académica toda, a los medios de comunicación, al parlamento, a los partidos políticos y a los sindicatos que están movilizados por el día internacional de las mujeres trabajadoras. Repudiamos la erosión del presupuesto para la educación pública, para el área de CyT y para las políticas de empoderamiento y protección de las mujeres. Repudiamos la sideral deuda externa que en tiempo récord está generando el macrismo. Repudiamos el ajuste, los despidos y la creciente represión en las calles. También queremos expresar la vergüenza que sentimos de tener nuevamente presos políticos, con Milagro Sala como emblema de la violencia institucional.
Las universidades no podemos ser indiferentes a la destrucción del Estado de Derecho y por eso estamos en la calle, conmovidas pero fuertes en la defensa de nuestras conquistas y las de todo nuestro pueblo. Ni una trabajadora menos, ni una estudiante menos, ni una científica menos, ni una mujer menos!