Perspectiva Feminista

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jueves, 18 de septiembre de 2014

Inseguridad(es)

Imaginemos una bolsa con la etiqueta "inseguridad" con la que se machaca y se insiste y se distrae, en un aprovechamiento sin escrúpulos y sin anestesia, del dolor y el sufrimiento de víctimas, familiares, mecanismo bien aceitado y absolutamente redituable para los medios de comunicación y cierta calaña de políticos.
¿Qué entraría en esa bolsa como para delinear el problema, que según tantas opiniones dudosamente calificadas, y digo estos por aquellxs que en vez de argumentos, caracterizan el problema y las posibles soluaciones en base a frases hechas y a un profundo desconocimiento de las leyes, de la composición de la población carcelaria. de la situación en las calles,de los abusos de lxs uniformadxs, de la discrecionalidad de la justicia y de la exclusión de miles de compatriotas a servicios básicos: desde poder tener un abogado, o según donde vivas, a que intervengan las fuerzas de seguridad como deben hacerlo, sin dejar "que se maten" o sin que te bajen a tiros para preguntar después..?
Ese fascismo líquido, viscoso, se emparenta con los años de impunidad que esta democracia soportó.
La clase dirigente más corrupta que además dejó fuera del trabajo, de la escuela, del hospital, de un proyecto vital viable a millones de argentinxs mientras celebraba mezclando pizza y champagne, dejó en libertad a torturadores, assesinos, desaparecedores.
Esa clase dirigente que entretenía al público desde las tapas de Caras a muchxs que hoy se rasgan las vestiduras por la inseguridad, fue la que encubrió el atentado a la AMIA y a la Embajada de Israel, el estallido de Río Tercero, y hasta la dudosa muerte del hijo de un presidente.
Si enumeramos los jalones vergonzosos de esa época no terminamos más.
Simplemente apelo a la memoria completita, como dice Estela de Carlotto.
Yo me preguntaría por la inseguridad de Julio López, testigo clave para sentenciar a Etchecolatz el comisario que durante la dictadura disponía de la vida y de la muerte de miles de personas, cuyos persistentes vínculos con la policía de la Provincia de Buenos Aires sobrevuelan, desde la fragilidad de la protección a López, o en la investigación de su segunda desaparición.
La inseguridad de Silvia Suppo, otra testigo clave en los juicios de lesa humanidad, que relató la violencia sexual padecida y cuya muerte, en un asalto en Rafaela, con una saña elocuente, le impidió volver a atestiguar en otra causa contra represores aún en libertad santafesinos, y que no ha sido esclarecido todavía.
La inseguridad que padeció Kevin, un chiquito en el Barrio Zavaleta, el año pasado, en uno de esos lugares donde hasta lxs vecinxs se han echado al hombro la tarea que le corresponde al Estado, para que intervengan para proteger a la ciudadanía que vive en las villas y trabaja, va a la escuela, y tiene todos los derechos a ser amparados de delincuentes y narcotraficantes que viven en todo tipo de barriadas.
La fragilidad de los centenares de mujeres que han muerto a manos de esposos, ex esposos, novios y amantes violentos sin que se haya tomado en cuenta sus pedidos de auxilio concretados en denuncias ante la justicia o en comisarías.
La inseguridad de lxs niñxs a quienes vinculan luego con el matador de su mamá y le restituyen la patria potestad..."porque es el padre".
Maximilano Kosteki y Darío Santillán en el Puente Avellaneda en 2002. Franchiotti se sentía seguro, hasta que una foto descubrió la operación para endilgar a las organizaciones piqueteras la violencia más arraigada, la demonización de la lucha social, vieja costumbre argentina y de América Latina.
¿Qué seguridad tienen las niñas y mujeres a quienes se les debe practicar un aborto no punible por estar en riesgo su vida, por haber sido violadas, frente a la corporación médica objetora de conciencia y a las organizaciones mal llamadas "provida"- porque la vida de las mujeres no es importa- que judicializan situaciones que no deben bajo ningún pretexto ser judicializadas, algo que hasta la Corte Suprema de Justicia ha aclarado hace dos años ya?
¿Luciano Arruga, a quien quisieron reclutar para chorro los policías que finalmente dispusieron de él, se habrá sentido seguro? ¿Y cuántos otros pibes como él?
¿Metemos en la bolsa de la inseguridad a quienes sufren torturas en los penales y no tienen a quién recurrir?
¿Nos acordamos de lxs chicxs en los institutos de menores, eufemismo para cárceles... sabrán quienes ladran cómo se ignora por procedimientos judiciales, las garantías y derechos que tienen?
¿Los campesinos cuyas tierras son codiciadas por compañías y terratenientes, y sufren constantes intimidaciones y hasta assesinatos que tardan siglos en ser esclarecidos y juzgados?
¿Podemos caracterizar de inseguras las rutas y montes de Formosa, donde la comunidad qom vive?
¿No es inseguridad el tener que cuidarse de ser asesinada si decís "no" porque sos una adolescente, te llamés Milena o María Soledad Morales?
¿No se vivía en la más atroz inseguridad en tiempos de los operativos, y las zonas liberadas y las desapariciones?
¿ Habrá memoria suficiente, anticuerpos suficientes para arnar el complejo cuadro de los conflictos sociales, diferenciar los contextos democráticos y los de democracias restringidas, de las dictaduras militares donde frente al monopolio de la fuerza y de la inseguridad -en nombre del orden- no hay adónde acudir?
¿Podrá imaginarse esa señora indignada por lo que ve en la tevé, lo que habrán sentido quienes presentaban un hábeas corpus por sus familiares?
¿Costará mucho entrar en las páginas del CELS o de la CORREPI, o de la organización que se quiera y contabilizar cuántos hechos de inseguridad han sido protagonizados por personal policial al que no se termina de depurar nunca?
¿Y será la cobertura de los medios la apropiada? ¿Cuántos crímenes no tienen espacio? ¿Quiénes son las voces autorizadas?
¿Leyeron quienes se oponen a tratar reformas, el Código Penal?
¿O ya está decidido quién merece y no merece tener derecho a la seguridad? ¿Tendrá seguridad quien pueda? ¿Es la solución endurecer penas y llenarse de cámaras y de vigilancia y de monitoreo administrado por...qué clase de personal y con qué criterios?
¿Se hacen estas preguntas los que se indignan con algunos hechos y otros no? ¿los que comparan alegremente la dictadura militar con estos años de democracia donde nunca se ha trbaajado tanto- con errores y con limitaciones, por supuesto- por saldar las deudas pendientes, sociales, de jsuticia, de acceso a los derechos, de respeto a la división de poderes, de institucionalidad, de soberanía política y económica?
¿No es inseguro el desprecio por la ley de las corporaciones que siguen presionando e instalando los "temas"?
¿No contribuye a la inseguridad que se amenace a la democracia que tanto nos ha costado como país, quienes deberían estar procesados por evasión impositiva, por delitos económicos, por cortes de ruta durante un lock out destituyente, por la apropiación de la fácbrica de papel prensa mediante la extorsión y el pacto con la dictadura para callar los crímenes perpetrados?
¿No deberían responder por el saldo del 2001, por Pocho Lepratti y tantas muertes en todo el país, los politicos, los polic''ias pero tambiéen los banqueros?
Por respeto al sufrimiento y ante la cínica banalización.
¿Qué metemos dentro de esa bolsa imaginaria de la inseguridad para pensar no sólo cómo remediarla, sino porqué nos aqueja?

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